Entrenar al máximo de las capacidades físicas y
mentales. Aprender a modular nuestros estados de ánimo en función de las
exigentes demandas de las grandes formaciones de roca y hielo del planeta,
recurriendo a veces a nuestros instintos más primitivos y filtrar esto a través
de la racionalidad, nos convertirá en elementos eficientes y eficaces.
La idea de proponer estos diez puntos se
explica en la inquietud de mostrar un panorama breve y conciso de algunos de
los aspectos aparentemente más relevantes de esta actividad.
1.- Argumento
Leer, estudiar e investigar para conocer las tradiciones e historia de la actividad que elegimos, hacer un viaje introspectivo honesto y profundo a través del cual conocer nuestras intenciones al incorporarnos a las actividades, explorar buscando una respuesta a tres preguntas centrales que deben ser respondidas con claridad y convicción: ¿qué hacemos?, ¿cómo lo hacemos? y ¿por qué lo hacemos como lo hacemos? Un argumento consistente y coherente nos ayudará, sobre todo, en los momentos de los grandes sufrimientos y a permanecer de pie, con la frente en alto, en las derrotas y en las despedidas.
2.- Resistir
A sabiendas que una expedición no es un hotel ni siquiera de una estrella, encontramos sentido a nuestros extenuantes, severos y extensos programas de entrenamiento que con intensos y a veces dolorosos esfuerzos nos deben preparar para el momento de entrar en acción, cuando estemos en la montaña, contactando frontalmente con los elementos de los que proviene la adversidad, la imprevisibilidad y la incertidumbre que caracterizan a los lugares remotos y aislados. El dolor, la incomodidad, la fatiga y el sufrimiento son el camino al autoconocimiento autentico del cual obtenemos las herramientas para la edificación de nuestro carácter.
3.- Mantenimiento y cuidado
El equipamiento merece especial atención, porque en muchas circunstancias de el depende nuestra vida y/o la de nuestros camaradas, cada pieza debe ser revisada, comprendido su funcionamiento y saber repararlas o reemplazarlas si se da el caso. Entender que estos elementos pueden romperse o extraviase en medio de la acción nos ayuda a elaborar planes de contingencia frente a esos sucesos a fin de garantizar la consecución eficaz de las maniobras.
4.- Cuidarse
Tomar medidas en cuanto a salud e higiene es importante, las medias limpias aíslan más que las sucias, los dientes bien higienizados tienen menos tendencia a estropearse y doler. Analizar y seleccionar la calidad de los alimentos nos ayuda a rendir más y a sufrir menos trastornos digestivos o bajas de rendimiento. Hidratarse correctamente mantiene altos nuestros niveles de rendimiento y atención. Siempre que se pueda y sin descuidar las tareas, dormir o descansar, aunque sea unos minutos, aprender técnicas para hacerlo de manera rápida, constituye una gran ventaja porque mente y cuerpo cansados, en escenarios de altas demandas operativas son un peligro para uno mismo y para el equipo que integramos porque puede derivar en pérdida del control situacional que nos lleve a graves fallas en la manipulación de equipamiento, en la incapacidad de seguir las secuencias lógicas de la maniobras y procedimientos.
5.- Comunicarse
Debemos saber que la calidad de los mensajes es muy importante en las operaciones expedicionarias, mantener el foco estricto en las tereas, sin divertir los objetivos comunicacionales para seguir los planes que nos hemos impuesto a fin de completar las tareas, en esto es imprescindible la calidad del lenguaje como la honestidad en el contenido de lo que transmitimos. Construir integridad a través de actuar consecuentemente con nuestro argumento ayuda a ser creíble y confiable.
6.- Respeto y empatía
Aceptar las diferencias entre amistad y camaradería, seguir siempre las normas del honor y el buen sentido. Tener en cuenta y valorar los esfuerzos de todos los miembros de la expedición, no solo del equipo principal sino de los asistentes y prestadores ocasionales. Cuando se trata de trasladar carga a otros, sean porteadores o animales, es cuando se pone en evidencia la diferencia entre discurso y conducta, es el momento de demostrar con hechos lo que somos.
7.- Compromiso
Nunca abandonamos a nuestros camaradas en problemas, si se retrasan los animaremos para elevar su moral, cargaremos su equipamiento si decae su fuerza, los cargaremos a ellos si están heridos, haremos todo lo posible para recuperar sus cuerpos si están muertos.
8.- Preparación y responsabilidad
Quien no lo haga lo pagará caro y
llevará una carga extra a sus camaradas de equipo, a veces llevando el riesgo a
niveles inaceptables. Condición física optima, predisposición mental y
emocional, adiestramiento táctico avanzado y aptitudes técnicas especificas nos
preparan para enfrentar la hostilidad, la dificultad y la adversidad, son
herramientas esenciales de supervivencia.
Cada gesto técnico debe estar automatizado a base de incesante y continua repetición, porque son habilidades que se pierden rápidamente con el paso del tiempo si no nos mantenemos actualizados.
9.- Pesimismo operativo
“Lo peor está por venir”, visualizar y adaptarse a las condiciones más exigentes, tanto climáticas, como a la falta o rotura de equipamiento, lesiones, escases de suministros vitales, aislamiento y un largo etcétera, nos ayuda a que la realidad no nos sorprenda y no tener un bajón psicológico cuando la planificación se desmorona.
10.- Paciencia
Saber esperara el mejor momento,
soportar la quietud del acecho, ser comprensivo con las limitaciones y
debilidades de nuestros camaradas, saber separar la mala acción de la persona,
pensando que todos podemos equivocarnos. En la espera podemos acomodar nuestra
mente, nuestra bitácora o hacer algún arreglo menor de nuestro equipamiento.